Diez razones por las que nos gusta la deuda high yield estadounidense hoy en día
La preocupación en torno al crecimiento mundial, los temores a que la Fed adopte una política menos acomodaticia, la liquidez limitada en el mercado high yield y el posicionamiento complaciente y muy concurrido de los inversores han propiciado un ajuste de las cotizaciones del mercado high yield estadounidense durante los últimos meses. Después de registrar su mayor caída trimestral de los últimos tres años en el tercer trimestre de 2014, podría decirse que, ahora, este mercado ofrece un punto de entrada mucho más atractivo. Aun reconociendo que el mercado ha cambiado con mayor rapidez en los últimos días de la que yo me apliqué para escribir este post, a continuación presento diez razones por las cuales podría recomendarse la compra de bonos high yield estadounidenses a los niveles actuales:
- Los diferenciales han vuelto a niveles no vistos desde octubre 2013. Al nivel de junio de este año, los diferenciales solo habían sido más bajos un 17% de las veces desde que comenzamos a recopilar datos, a mediados de los noventa. La reciente corrección del mercado llevó este porcentaje a un máximo en torno al 40%.
- La rentabilidad del índice BofA Merrill Lynch US High Yield subió hasta el 6,4%, después de situarse en el 4,85% en junio; actualmente ronda el 6%, un nivel seguramente atractivo para los compradores institucionales.
- Aunque la rentabilidad absoluta podría considerarse baja en términos históricos, creemos que las valoraciones siguen siendo interesantes si se comparan con el efectivo o la deuda soberana.
- Teniendo en cuenta el elevado nivel de renta que genera esta clase de activo, unido al panorama benigno de incumplimientos, creemos que estos bonos tendrían que acusar una considerable ampliación de los diferenciales antes de que el efectivo o la deuda soberana lograran dejarlos atrás. Si asumimos una tasa de impago del 2% y ningún cambio en las rentabilidades de la deuda soberana, los bonos high yield tendrían que experimentar un aumento de sus diferenciales cercano a los 100 puntos básicos desde su nivel actual para verse superados por los treasuries de vencimiento similar. Con ello, los diferenciales llegarían a niveles inéditos desde 2012.
- Otros activos de renta fija han superado con creces al segmento high yield en lo que va de año. Según los índices BofA Merrill Lynch, la deuda soberana y los bonos corporativos con grado de inversión de Estados Unidos se han anotado un 5,5% y un 7,7%, respectivamente, frente al 4,5% registrado por el segmento high yield desde el 1 de enero. Tal como indica el siguiente cuadro, los bonos con calificación BB (la más alta en el mercado high yield) se han abaratado considerablemente más que las emisiones corporativas BBB.
- Los indicadores técnicos son mucho más favorables que hace unos pocos meses, y la clase de activo ha registrado salidas de 21.000 millones de USD en lo que va de 2014 (según BofA Merrill Lynch). El volumen de nuevas emisiones ha venido amainando lentamente y los inversores se muestran más selectivos a la hora de asumir riesgo.
- Los fundamentales de las empresas high yield estadounidenses todavía son aceptables, aunque han empeorado en los últimos dos años: el apalancamiento y la cobertura de intereses todavía parecen razonables, en 3,9 veces (nivel parecido al del indicador).
- El trasfondo de incumplimientos también se mantiene benigno. El riesgo de refinanciación sigue siendo uno de los principales obstáculos para las empresas apalancadas, pero lo consideramos un riesgo limitado en los próximos dos años, dado que muchas empresas han aprovechado la liquidez abundante para refinanciarse con deuda de mayor vencimiento, tal como ilustra el siguiente cuadro.
- Cuando la Fed finalmente eleve los tipos de interés, es probable que actúe con cautela y endurezca su política monetaria lentamente. Así, es poco probable que el carry trade vaya a terminarse abruptamente a corto plazo.
- Asimismo, es probable que el endurecimiento monetario venga de la mano de una mejora en el plano económico. Aunque la participación de los beneficios corporativos en el PIB ya es relativamente elevada, es probable que este nivel sea sostenible con el fortalecimiento de la economía.
El valor de las inversiones fluctuará, por lo que el precio de los fondos puede subir o bajar, y es posible que no recupere la inversión inicial. Las rentabilidades pasadas no son un indicativo de las rentabilidades futuras.
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