La economía suiza, un año tras el fin de la paridad fija
Hoy hace un año, el Banco Nacional Suizo sorprendió a propios y extraños poniendo fin a la paridad fija entre el franco suizo y el euro, lo cual desencadenó enormes fluctuaciones en los mercados de divisas. En este aniversario de la medida, he pensado que sería interesante ver cómo ha evolucionado la economía helvética en los últimos doce meses.
La economía suiza ha mostrado solidez, pero no ha sido inmune a la coyuntura en 2015
Con un crecimiento firme y bajos niveles de desempleo, la economía suiza ha demostrado una robustez notable en 2015, pese a la presencia de inflación y la fortaleza del franco, factores que suelen frenar en gran medida a una economía exportadora. Tal como declaró el BNS en su última evaluación de política monetaria, esto también se debe a la fortaleza renovada de la demanda extranjera de bienes y servicios suizos y a la sólida demanda doméstica, que sin duda se han visto impulsadas por el aumento de los salarios reales.
No obstante, no todos los datos económicos suizos en mi pantalla de Bloomberg esbozan una imagen alentadora. Pese a ser consciente del peligro de sacar demasiadas conclusiones de cifras que abarcan un plazo de tiempo tan corto, algunos datos muestran señales de debilidad desde que se eliminara la paridad fija, lo cual apunta a posibles riesgos a la baja para la economía.
Mientras el BCE está haciendo todo lo posible para espolear la inflación en los países vecinos, la propia Suiza ha experimentado deflación en gran parte de los últimos cuatro años. El fin del tipo de cambio mínimo ha exacerbado la situación al elevar más si cabe el poder adquisitivo del franco, y al contribuir a la reducción de la inflación de los precios de consumo hasta el -1,3%. A diferencia de la eurozona, donde el paro continúa cayendo, la tasa de desempleo en Suiza ha comenzado a repuntar –si bien desde niveles muy bajos– tras mantenerse estable durante dos años. Esto también se ha visto reflejado en la última encuesta de confianza del consumidor llevada a cabo por la Secretaría de Estado de Asuntos Económicos (SECO), que indica poca confianza en la seguridad a nivel laboral. Un desarrollo interesante es que, desde que se eliminara la paridad fija, la confianza ha caído desde los -6 puntos de comienzos del año pasado hasta los -18 puntos, nivel muy inferior a la media histórica de esta variable, de -9 puntos.
Las cifras de turismo correspondientes al verano pasado también muestran el impacto directo de la fortaleza del franco. Según datos de la Oficina Federal de Estadística de Suiza publicados recientemente, las pernoctaciones de viajeros europeos cayeron en 741.000 (un -10,9% respecto a 2014). Los turistas alemanes fueron responsables de la mayor parte de este descenso: 358.000, o un -15,1%. La mayor demanda procedente de Asia y Estados Unidos no bastó para contrarrestar la caída de las visitas desde países más cercanos.
La apreciación del franco suizo respecto al euro en enero de 2015 no solo dificultó la labor de atraer a visitantes de la eurozona, sino que también hizo que los suizos comenzaran a gastar más dinero en el extranjero. Suiza está bien conectada con sus países colindantes, tanto en términos de la solidez de sus relaciones como por la apertura de sus fronteras. Además, viajar a países vecinos suele llevar menos de una hora y puede hacerse cómodamente en tren. Así, no sorprende que la mayor fortaleza de la divisa helvética haya elevado el atractivo de irse de compras al extranjero, cifra que ha aumentado un 8% según cálculos de Credit Suisse. A nivel doméstico, la venta minorista real cayó un 2,1% en el año hasta noviembre de 2015.
Menor confianza en el BNS
Los resultados de la edición más reciente de la Encuesta M&G YouGov sobre expectativas de inflación, en la que también preguntamos a los consumidores sobre su confianza en los bancos centrales, indican un deterioro de la confianza en el BNS: actualmente es 9 puntos porcentuales más baja que hace un año, una señal clara de que los consumidores suizos se están dando cuenta de la presión que soportan el presidente de la entidad, Thomas Jordan, y su equipo.
La pérdida récord de 23.000 millones de francos anunciada recientemente, debida casi en su totalidad a pérdidas en las posiciones en divisa extranjera del banco, tampoco ayudará a elevar la confianza. Pese a ello, el BNS fue capaz de repartir dividendo y distribuir 1.000 millones de beneficio a la Confederación y a los cantones gracias a sus reservas acumuladas. De cara al futuro, tales distribuciones de beneficio son un gran interrogante, ya que las reservas del banco están casi agotadas, y la posibilidad de nuevas pérdidas debidas a intervenciones en el mercado es evidente. Dado que alrededor de un 90% del balance del BNS se compone de inversiones en moneda extranjera, incluso pequeños movimientos de los tipos de cambio pueden tener un impacto considerable en sus beneficios.
Siguen existiendo presiones
El nuevo presidente de la Confederación Suiza, Johann Schneider Ammann, destacó lo importante que es la fortaleza de las compañías suizas en su discurso de Año Nuevo. En mi opinión, dicha solidez solamente puede lograrse con un franco competitivo. Tal como escribí hace poco en otra entrada del blog, creo que esto será difícil, a la vista de una continuación de las presiones y de nuevas medidas de estímulo por parte del Banco Central Europeo en 2016, sobre todo si los precios del petróleo continúan arrastrando las cifras de inflación a la baja.
El valor de las inversiones fluctuará, por lo que el precio de los fondos puede subir o bajar, y es posible que no recupere la inversión inicial. Las rentabilidades pasadas no son un indicativo de las rentabilidades futuras.
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