Las elecciones británicas generan nueva incertidumbre en los mercados
El Reino Unido tiene un parlamento sin mayoría absoluta. El Partido Conservador liderado por Theresa May ha perdido escaños, y todo apunta a que le faltarán 8 para contar con una mayoría clara. Según parece, un gran número de jóvenes han acudido a las urnas y han votado sobre todo por el Partido Laborista de Jeremy Corbyn. No obstante, los conservadores siguen siendo el mayor partido, y probablemente formen un nuevo gobierno con el DUP (el Partido Unionista Democrático, de inclinación conservadora), que ha logrado 10 escaños. La primera ministra celebrará una rueda de prensa a las 10 de la mañana, y es posible que anuncie su dimisión del cargo durante la misma. El resultado electoral supone una derrota personal para May, que había convocado estos comicios con la idea de ampliar de forma significativa su mayoría parlamentaria. Para unas elecciones diseñadas para obtener un gobierno «fuerte y estable», nos enfrentamos a la posibilidad de una nueva batalla por el liderazgo del Partido Conservador (que quizá comience más entrado el día) e incluso a la posibilidad de nuevas elecciones generales hacia finales de año.
Todo apunta a que esta incertidumbre renovada no ayudará a las negociaciones del Reino Unido sobre el brexit, cuyo comienzo está previsto para el 19 de junio. Los tories han sufrido un duro castigo sobre todo en distritos partidarios de la permanencia del Reino Unido en la UE. Por consiguiente, este resultado quizá refleje un rechazo de las declaraciones de May de que «una falta de acuerdo es mejor que un mal acuerdo», y eleva la probabilidad de un brexit menos duro (permanencia en el mercado único) o incluso de un nuevo referéndum sobre el «acuerdo». Esto último podría ser el precio exigido por el Partido Liberal-Demócrata por su respaldo en el nuevo gobierno, aunque una segunda consulta podría tener el efecto perverso de llevar a la UE a ofrecer un mal acuerdo con la esperanza de que el Reino Unido lo rechace. Por último, una buena noticia para quienes ya están hartos de las campañas electorales: el varapalo sufrido por el Partido Nacionalista Escocés reduce la probabilidad de un nuevo referéndum sobre la independencia de Escocia en los próximos años.
La libra esterlina ha perdido terreno desde ayer, pero solamente se ha depreciado en torno a un 2% frente al dólar y el euro. El impacto sobre el mercado de renta fija ha sido limitado. Con un Partido Conservador debilitado cabe esperar menos austeridad y endurecimiento fiscal, pero no habrá un aumento significativo de las emisiones de deuda soberana británica, y seguramente se mantendrá el objetivo de reducir el ratio deuda/PIB del Reino Unido en los próximos años. Aunque el Partido Laborista de Jeremy Corbyn ha obtenido un resultado mucho mejor de lo esperado, los mercados no necesitan plantearse la perspectiva de nacionalización ni de cambios significativos a nivel impositivo y de gasto. El mercado de gilts todavía no ha abierto, pero se anticipa que lo hará con una pérdida muy ligera. La deuda soberana estadounidense apenas ha registrado cambios en el mercado asiático, ya que las elecciones británicas no son un acontecimiento susceptible de generar aversión al riesgo a nivel global. Los mercados de deuda corporativa han mostrado cierta debilidad, con un aumento de los diferenciales de hasta 5 puntos básicos (pb) para los bancos y aseguradoras del Reino Unido. En el caso del índice iTraxx Main de crédito con grado de inversión, dicho diferencial ha registrado una subida de medio punto básico. Como puede verse, se trata de movimientos nimios.
A lo largo de 2017, la economía británica ha perdido impulso. El crecimiento de las ventas minoristas, los precios de la vivienda y la renta real (ajustada por inflación) se están debilitando en lo que sigue siendo una economía orientada al consumo. Este resultado electoral y la incertidumbre continuada que conlleva apuntan a una continuación de esta tendencia. El Banco de Inglaterra no va a endurecer su política en el futuro próximo, aunque tampoco existe probabilidad de un «recorte de tipos de emergencia/QE» como el que presenciamos tras el referéndum sobre el brexit el pasado mes de junio.
El valor de las inversiones fluctuará, por lo que el precio de los fondos puede subir o bajar, y es posible que no recupere la inversión inicial. Las rentabilidades pasadas no son un indicativo de las rentabilidades futuras.
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