La Comisión Real sobre la conducta indebida: ¿una cortina de humo engañosa para los inversores en bonos de los bancos australianos?

La conclusión de la Comisión Real de la semana pasada sobre la conducta indebida en el sector de los servicios financieros de Australia ha sido noticia internacional y con razón. Tras digerir el informe de 1.011 páginas, los inversores suspiraron de alivio y provocaron una fuerte subida de las acciones de los bancos australianos. Las conclusiones y recomendaciones de la Comisión Real han sido bien documentadas en la prensa popular (aquí) y es probable que los debates sobre las mismas y su aplicación continúen durante meses, o incluso años, por lo que no vamos incidir más sobre ellas. En su lugar, vamos a centrarnos en sus repercusiones para los inversores en bonos de los bancos australianos y en algunos puntos importantes que deberían recordar los inversores en crédito de todo este lío. Por tanto, ¿cuáles las conclusiones?

 

  1. Las recomendaciones deberían tener un efecto positivo en el crédito bancario australiano a largo plazo, pese a la posibilidad de sanciones y un aumento de los costes a medio plazo. La Autoridad Australiana de Regulación Cautelar (APRA) tiene gran fama de ser un organismo firme, especialmente en lo que respecta a los requisitos de capital, pero el marco normativo australiano va a ser reforzado debidamente en cuanto a la ejecución, la comunicación entre organismos y la supervisión Las medidas correctoras, las sanciones y el aumento de la inversión en gobierno corporativo y controles en los bancos —ya en marcha desde hace meses— ejercerán presión sobre los beneficios, pero deberían tener más en efecto en los beneficios que los parámetros del crédito. Para poner estos costes en contexto, se espera que dichas medidas asciendan a una cantidad sumamente inferior a los más de 30.000 millones de libras esterlinas del escándalo de los seguros de protección de pago (PPI) de los bancos británicos (en el Reino Unido se vendieron más de 45 millones de pólizas PPI).

 

  1. Los inversores en bancos no solo han de tener en cuenta cada crédito en sí, sino el sistema bancario en su conjunto. Hay muchos ejemplos de cómo los bancos actúan como un rebaño, desde las hipotecas subprime de EE. UU. a principios de la década de 2000 hasta el mencionado escándalo de los PPI británicos. Evaluar el entorno macroeconómico y competitivo de un banco es un motivo para medir la fortaleza del sistema bancario, pero entender la cultura y el gobierno corporativo también es importante, ya que a menudo hay similitudes entre los bancos de una región en particular. Entender el marco normativo también es fundamental, ya que cualquier debilidad del mismo puede considerarse una incitación a una conducta indebida o a la acumulación de un riesgo excesivo. Seamos claros, la culpa de la conducta indebida la tienen los propios bancos, pero también es verdad que los inversores en bonos dependen hasta cierto punto de que los reguladores que supervisan a las instituciones lleven a cabo un control de los riesgos adecuado.

 

  1. Es difícil evaluar la solidez del gobierno corporativo de las entidades financieras, pero los inversores deben intentarlo. Desde fuera, resulta muy difícil entender plenamente la solidez del gobierno corporativo y la cultura de riesgo de entidades financieras grandes y complejas. Pero los inversores pueden obtener información a partir del historial, la composición del consejo, la experiencia de la dirección y la transparencia de una entidad. Quizá lo más importante sea cómo los equipos directivos han respondido a casos de conducta indebida en el pasado. Reunirse con los equipos directivos y formularles preguntas difíciles también puede servir de ayuda, especialmente al comparar las respuestas de diferentes instituciones. 

Tras este informe y la probable adopción de sus recomendaciones, los bancos australianos tendrán que mucho trabajo que hacer para modificar sus políticas de cumplimiento normativo y remuneración, entre otras cosas. Abordarán estas cuestiones a tiempo, ante un organismo regulador más firme. Esto, junto con la decisión de la Comisión Real de no obligar a los bancos a separar sus divisiones de banca, seguros y gestión patrimonial, y de no exigir grandes cambios en sus requisitos de préstamo, los inversores en bonos deberían ser optimistas acerca del Informe final. En general, el escándalo debería recordar también a los inversores de los riesgos la mentalidad de rebaño y la importancia de una normativa, supervisión y gobierno corporativo adecuados en las entidades financieras.

Como vemos en el gráfico siguiente, tanto la renta variable como la deuda de los bancos repuntaron tras la publicación de las conclusiones.

El valor de las inversiones fluctuará, por lo que el precio de los fondos puede subir o bajar, y es posible que no recupere la inversión inicial. Las rentabilidades pasadas no son un indicativo de las rentabilidades futuras.

Dave Covey

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